Para ello grupos de 12 cerdos destetados (22 días de vida) fueron alimentados con una dieta control (grupos 1 y 2) o con la misma dieta complementada con los anticuerpos específicos obtenidos a partir de yema de huevo (IgY) en los siguientes niveles de inclusión: 0,32% (Grupo 3) y 3,2% (Grupo 4). Los cerdos de los grupos 2, 3 y 4 fueron expuestos a 5 ml de una suspensión que contenía 1011 ufc/ml de Escherichia coli K88.
Los cerdos del Grupo 1 (control) no desarrollaron diarrea. Sin embargo, en los 3 grupos expuestos los cerdos desarrollaron diarrea acuosa y deshidratación. La prevalencia y severidad de los signos clínicos fueron similares entre los grupos expuestos. El análisis mediante ELISA del contenido del intestino delgado no mostró niveles apreciables de IgY.
Los resultados permiten concluir que la utilización de anticuerpos específicos obtenidos a partir de yema de huevo en la dieta parece no ser una herramienta eficaz para prevenir la colibacilosis. Es posible que la actividad de la IgY fuera reducida por el ácido gástrico y la pepsina, de forma que incluso a niveles elevados este tipo de anticuerpos no pueden ser eficaces en cerdos de entre 3 a 4 semanas de vida.
Larisa V. Chernysheva, Robert M. Friendship, Catherine E. Dewey, Carlton L. Gyles. The effect of dietary chicken egg-yolk antibodies on the clinical response in weaned pigs challenged with a K88 Escherichia coli isolate. J Swine Health Prod. Vol. 12 (3). 2004. Pag. 119-122.